Cómo ya sabrán, el pasado domingo se jugó Vélez-Huracán en Liniers, partido que ganó el equipo de Gareca por un gol.
Pero por fuera de eso, fue un choque de estilos, de mentalidades. Con un Huracán totalmente menotista, dedicado al buen juego más allá de los resultados; y un Vélez que tenía como primer objetivo la victoria, sea como sea.
Una vez más, la cantidad importó más que la calidad.
Huracán gustó menos que durante el torneo, pero para ser una final salió a la cancha sabiendo lo que quería: el buen juego.
Vélez llegó al gol mediante una jugada dudosa, falta no cobrada al arquero Monzón, lo que lo llevó a la lesión y un rebote que Moralez metió deshonestamente con el arco libre.
Muchos dirán "todo lo que hizo Huracán no tubo sentido" o "el torneo que viene se van a tener que esforzar más". El hincha del Globo no puede lamentarse, el equipo de Cappa desplegó un buen juego extinto hoy en día, gustó a lo largo del campeonato, fue la expresión del juego colectivo como hace mucho que no se veía, la copa era un condimento más, pero el premio ya estaba ganado.
El hincha de Vélez estará feliz, pero el domingo los hinchas de cualquier equipo alentaban por el Globo, los hinchas del buen fútbol querían la frutilla del postre para un humilde Huracán que demostró que el juego colectivo y la falta de ambición todavía está en algunos.
león
martes, 7 de julio de 2009
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Muy bueno el texto cabeza, metete en el de tango e invitalo a que pase por este
ResponderEliminarAbrazo
J